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martes, 10 de abril de 2012

Ibarra, un camargueño que reavivó la pasión del fútbol en Yacuiba

Federico Ibarra es el actual presidente del club Petrolero de Yacuiba, equipo que está en la conversación de todos los tarijeños en los últimos días, por la posibilidad que tiene de ascender directamente a la Liga, si gana a Destroyers de Santa Cruz, en un partido extra que debe jugar en cancha neutral, en sede y fecha a definir. Ibarra Olarte de 57 años, tiene seis hijos y es un exitoso empresario avícola que pasó parte de su vida en la Argentina y desde hace algunos años atrás se radicó definitivamente en Yacuiba con su empresa.
Es un hombre que desde muy chico supo abrirse camino en la vida, trabajando y a la vez estudiando, nació en Camargo el 9 de mayo de 1955, pero desde pequeño vivió en San José de Pocitos (Argentina), territorio al que respeta y considera su lugar de origen.
“A pesar de no haber nacido en Pocitos, mis padres me llevaron a vivir ahí a los cuatro años, por eso me considero un pociteño más”, menciona sonriente el dirigente.
“Cuando uno emigra a otros países tiene que trabajar de lo que sea, yo muy chico trabaje en la cosecha de caña, de tabaco, hasta que me tocó hacer el servicio militar”, indica.
Ibarra, es un “amante” del fútbol, al que considera su único hobby, “desde muy niño, yo jugaba al fútbol amateur, en el puesto de arquero y punta derecha”.
Radicó gran parte de su vida en Pocitos, pero cuando le tocó hacer el servicio militar, volvió a Bolivia, una vez que terminó de servir a su patria retornó a la Argentina, pero esta vez radicó en Tartagal, “jugaba y trabajaba”, aclara Ibarra.
A los 19 años, en un partido de fútbol, Ibarra cayó mal y terminó lesionado de la espalda, terminando de esa manera su carrera como futbolista.
“Aparecí lesionado de la espalda, por una mala caída, me dolía mucho cada vez que quería jugar, por lo que tuve que retirarme, no pudieron curarme, visite médicos de la Argentina, de Bolivia y nadie supo descubrir que tenía”, dice con una sonrisa.
Hace ocho años atrás con la medicina más evolucionada, Ibarra, cuenta que volvió a Tartagal a visitar a un joven traumatólogo, que le dijo que lo que él tenía era una fibrosis atrapada en el nervio, producto de una mala caída y quitándola se iba el dolor, “pero yo le reste importancia, porque era un médico joven, como me hice ver con tantos médicos y nunca me encontraron nada. Pero un día llegó mi hermana con dolor de huesos y le mande con ese médico a hacerse ver, cuando ella volvió estaba muy bien, se le fue el dolor y de ahí que me anime recién a ir donde este médico, como si fuera que a mi hermana le mande como conejilla de india, para recién animarme yo, bueno de ahí es que me hice operar y desde hace 7 años estoy muy bien. Pero bueno ahora ya no puedo jugar, solamente hago caminatas”, recuerda el dirigente.

Visión empresarial
Ibarra, tuvo el espíritu de empresario desde que nació, pues a los 17 años volvió a Buenos Aires a trabajar en un taller de mecánica diesel, “donde ganaba muy bien, ahí trabaje por alrededor de 5 años, ahorre y pude comprarme una camioneta, la cual la use para hacer fletes”, dos años después cuando ya conocía bien la capital Argentina, se compró un taxi, “ahí trabaje prácticamente doce años de taxista, luego me compre otro taxi, al cual le puse un chofer”. Con su segunda adquisición tuvo un accidente precisamente con la persona que lo conducía “de ahí me quitaron uno de los autos, porque el accidentado me inició un proceso y se quedó en el taxi, porque mi seguro estaba vencido”, cuenta Ibarra.
A los 33 años, vendió el vehículo y retorno a Yacuiba – Bolivia, con la iniciativa de crear una Molinera de cereales y desde el 87, ya instaló su pequeña empresa de cereales, pero a partir del 90 quiso ampliar sus horizontes, por lo que empezó a criar pollos bebes, parrilleros.
“Trabajé paralelamente con las dos empresas, pero hace quince años, deje la molinera y me dedique de lleno a la avícola, gracias a Dios me fue bien y en mayo cumplo 22 años en la avicultura”, remarca.
Gracias al gran consumo de Yacuiba, Villa Montes, Palos Blancos, Carapari y los campamentos petrolíferos logró convertirse en un prospero empresario avícola. “Yo a Yacuiba le debo mucho, porque me convertí en uno de los pioneros de la avicultura, actualmente con una mediada empresa me permite hoy por hoy tener un equipo de fútbol”, menciona.

Antes fue dirigente de futsal
Ibarra se inclinó por ser presidente de Petrolero, siendo antes dirigente del fútbol de salón del equipo Coquito, pero a partir del 2005 le hicieron la propuesta de ser presidente de un equipo de fútbol llamado Petrolero.
“Yo acepté con la finalidad de comprar un equipo de Tarija, lo fusionamos con Petrolero y de esa manera cuando ganemos un torneo, podamos tener como premio ir a la Simón Bolívar. Porque el campeonato que se jugaba en la provincia, era ganar una copa y nada más, entonces no había ese incentivo en el fútbol de provincia”, explicó.
De ese modo Ibarra compra el equipo de Real Charcas que militaba en la Asociación Tarijeña de Fútbol, durante tres años el equipo de llamó Charcas Petrolero y a partir del 2008 empezó a llevar sólo el nombre de Petrolero.
Con Petrolero ganó el título el año 2008, pero no fueron a la Copa Simón Bolívar, debido a que la Asociación Tarijeña de Fútbol inscribió a Atlético Ciclón al certamen, creyendo que este saldría campeón del torneo local, sin embargo al final no asistió ese año a la Simón Bolívar, ni Petrolero, ni Ciclón, por impugnaciones realizadas.
El 2009, Petrolero salió subcampeón, participó de la Copa Simón Bolívar, aunque pasó desapercibido. Ya en el 2011, salió campeón del Adecuación y luego de una buena campaña tiene la opción de definir su ascenso a la Liga en un partido extra con Destroyers en los próximos días.
Ibarra con tono serio comenta que es muy difícil ser presidente, porque es un constante “meter la mano al bolsillo, hay que comprar medicamentos, que inyecciones, que hay que pagar a los jugadores, lesiones, viajes. Muchas veces tengo que llevar al equipo a jugar a Tarija y eso significa gastar por lo menos mil dólares, gracias a Dios tengo la economía, sin mal gastar el patrimonio económico de mi familia, porque mi mujer y mis hijos me bancan todo esto y saben hasta donde me da el cuero para gastar, porque no voy a malgastar el dinero, en ese sentido me siento tranquilo y mi familia está tranquila”, comenta.
No frecuenta karaokes, discotecas, no bebe bebidas alcohólicas, pues Ibarra es un hombre que se dedica a su familia, “de mi oficina me voy a hacer mi caminata de terapia de media hora, voy a mi casa, leo el diario, veo fútbol o algo divertido en la televisión, no salgo y eso es todo lo que hago en el día”.

Economía
El club Chaqueño es sustentado económicamente en un noventa por ciento por la Granja Avícola Coquito de Federico Ibarra.
“Hemos captado mucha clientela y eso nos permite para que podamos mantener al equipo, porque el otro diez por ciento lo ponen Santos Rengifo y Miguel Colque, que colaboran también. Hay otros dirigentes que apoyan con el trabajo, que también es una inversión, ahora queremos formar una mesa directiva de unos cuarenta o cincuenta miembros para que todos aporten”.
De un tiempo a esta parte la producción de la Granja Avícola Coquito, está creciendo en un treinta por ciento, porcentaje que será para el club del chaco, pues ese fue el compromiso, si el equipo ascendía a la Liga.
22 mil dólares es la planilla mensual del club para pagar salarios, “eso hay que cancelar a los jugadores, el mismo día que cumplen el mes, los acostumbre mal a estos chicos de pagarles al mismo día”.
PERFIL
NOMBRE: Federico Ibarra
FECHA DE NACIMIENTO: 9 de Mayo de 1955
PADRES: Felix Ibarra y Rosenda Olarte
HERMANOS: 6
ESPOSA: Rosario Flores de Ibarra
HIJOS: Silbana, Andrea, Fernando, Carlos, Rodrigo y Carolina, la menor.
HINCHA: Ninguno
PLATO PREFERIDO: Asado criollo
COLOR FAVORITO: Verde

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