Grober Cuéllar acaba de recibir la distinción honorífica de máximo goleador del torneo Nacional B y se ilusiona con su futuro inmediato. El delantero de Destroyers, que el 9 de mayo cumplirá 24 años, estuvo a punto de dar fin a una pesadilla que lo persigue y ahuyenta su tranquilidad interior cuando habla de su pasado futbolístico.
Destroyers descendió de la Liga en la temporada 2007 y desde entonces sus intentos por volver quedaron solo en eso. Grober tenía 19 años cuando los cuchuquis perdieron la categoría profesional y olvidar aquella triste jornada para él resulta casi imposible. “Es como si tuviera una espinita clavada en mi corazón y no me la puedo sacar”, sostiene con una tristeza dibujada en su rostro, más aún luego de desperdiciar la oportunidad de ascender directamente en la reciente final ante Petrolero del Chaco.
Sin embargo, consciente de que el fútbol siempre ofrece revanchas, este joven de 1,78 metros y amigo de las redes, confiesa que no descansará hasta ver a su equipo nuevamente en la Liga. Sus nueve goles fueron claves para que Destroyers llegara a la final del Nacional B y siga teniendo latente la chance de ascender al fútbol grande, en partidos indirectos de ida y vuelta frente a La Paz Fútbol Club o Guabirá, hasta ahora sus posibles rivales.
A Destroyers le tiene un cariño incalculable pese a que sus inicios lo ligan a Real Santa Cruz, equipo al que llegó en 2005 a la edad de 17 años. Con la camiseta alba empezó a mostrar sus dotes de goleador y rápidamente cambió de camiseta. Su entrenador de entonces era David Avilés, el mismo que a finales de 2006 lo llevó a Destroyers como refuerzo para el torneo de la Liga. Ese año el equipo logró salvarse de milagro del descenso, en partidos dramáticos frente a Ciclón, de Tarija. Al año siguiente las cosas volvieron a andar de mal en peor y como resultado de una seguidilla de malos resultados el equipo cuchuqui fue a parar al campeonato de la ACF. “Fue una experiencia dura para mí. Apenas había jugado un año en la Liga y me tocó descender. Eso no se olvida fácilmente”, se lamenta con un tono de amargura. En 2009 tuvo un paso fugaz por Real América jugando la Copa Simón Bolívar y tras perder en la final contra Nacional Potosí volvió a Destroyers para seguir insistiendo con el ansiado ascenso. Su presente, a diferencia de otros años, es alentador. Aún no ha recibido el llamado que espera de un club liguero, pero su nombre ahora suena más que antes.
Haber marcado ocho goles en un torneo tan exigente como el Nacional B y acumular más de 60 dianas en partidos de la Primera A no son poca cosa. Dice estar preparado para volver al fútbol grande y demostrar que sus goles valen lo que pesa.
Algo más
Familia. Grober Cuéllar Yabeta vive con Mónica Paola Aramayo y tiene una hija de tres semanas de nacida. Sus padres son Francisco Cuéllar y Bertha Yabeta. Es el cuarto de seis hermanos.
Deporte. Se inició en Real Santa Cruz, juega en Destroyers desde 2006 y se declara hincha de Oriente Petrolero. Le gusta el Real Madrid y admira al uruguayo William Ferreira.
Sueños. Quiere ver a Destroyers nuevamente en la Liga y jugar en un equipo grande. Vive en la zona de Palmar Viruez desde su nacimiento y anhela ser el soporte de toda su familia.
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lunes, 30 de abril de 2012
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