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jueves, 3 de mayo de 2012

Mario Frías Lijerón deja un vacío y con él se va un ícono del fútbol nacional. ‘Fusil’ dijo adiós

Mario Frías Lijerón ya no está. Murió ayer de madrugada en su lecho próximo a cumplir 70 años. Sus restos mortales son velados en la calle Cuéllar y serán sepultados esta tarde en el cementerio Memorial Park. ‘Fusil’, como cariñosamente lo llamaban sus amigos, falleció a causa de una enfermedad de la que no pudo reponerse.


La mala noticia causó profundo pesar entre familiares, amigos, jugadores, dirigentes y gente ligada al fútbol local y nacional. El expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol Wálter Castedo asistió ayer al velatorio y visiblemente consternado lamentó su partida.


‘Fusil’ se entregó a Destroyers en cuerpo y alma. El equipo de la Máquina Vieja era para él una pasión irrenunciable. Fue un hombre consecuente con los colores que eligió y amó hasta el último de sus días. En los buenos y malos momentos primero estaba su equipo. Una fotografía suya gritando a todo pulmón el nombre de su equipo, la camiseta que tanto quiso, la bandera que lo acompañó a todas partes y su inseparable sombrero de saó rodean hoy su cuerpo inmóvil, esperando su último viaje. Su corazón, cansado, dejó de latir para siempre y sus amigos lloran su partida.


Se fue sin despedirse y sin ver a su equipo nuevamente jugando en la Liga, su gran deseo. Su hermano Juan Frías (67) contó que en cualquier charla familiar o de amigos jamás podía faltar el fútbol. Vivía únicamente para Destroyers. En su pequeña y gélida habitación deja muchos recuerdos, desde fotografías y banderas, hasta cintas, camisetas y un sinfín de recortes que adornan las paredes del cuarto que desde hace 13 años compartía con su compañera, Magaly Cortez (50), la mujer que dio el primer aviso de su fallecimiento.
El directorio del club Destroyers decreta 30 días de duelo por esta irreparable pérdida.

Para saber

Fusil. Cuentan que su apodo nació en las puertas del ex-Comando de la Policía Departamental que antes funcionaba en la esquina de la plaza 24 de Septiembre. Como era flaquito, un guardia le dijo que se parecía a un fusil y desde entonces se quedó con el apodo.

Romántico. Las canciones que lo transportaban en el tiempo y lo ponían melancólico eran las mexicanas, sobre todo las de Pedro Infante, Antonio Aguilar y Vicente Fernández.

Conocido. Su vocación por el lustrado de zapatos lo llevó a conocer a muchos amigos, de todos los estratos sociales. Por esa amistad, incluso con políticos de alto rango, se fue a trabajar por muchos años a La Paz.

Su partida. Para hoy a las 14:00 se anuncia una misa de cuerpo presente y a las 14:30 el carro fúnebre partirá rumbo al Memorial Park. Sus restos están en el velatorio Santa María de la calle Cuéllar Nº 323.

‘Fusil’, en el corazón destroyano
Perdro Rivero Jordán / Periodista
Aquejado por una grave y prolongada enfermedad, Mario Frías Lijerón, más conocido como ‘Fusil’, dejó de existir y junto a él se ha extinguido una querida y emblemática figura: la del hincha número 1 de Destroyers, el club de sus devociones y al que acompañó en todo tiempo y lugar.
Con sus desgastadas banderas y pancartas, con su viejo sombrero y su camiseta que lucía orgulloso, ‘Fusil’ estuvo en las buenas y en las malas de los ‘cuchuquis’ y se convirtió, además, en personaje singular del fútbol cruceño.
Cuantos lo conocieron lo evocarán también en su puesto de lustrador de calzados en la plaza 24 de Septiembre donde era casi inevitable entablar una amena tertulia acerca del club de sus amores.
Las banderas oro y negro de Destroyers están de duelo por la muerte de su principal y más ferviente seguidor. En el corazón y en el recuerdo de los destroyanos habrá siempre un lugar para Mario Frías Lijeron, el viejo y querido ‘Fusil’.
Que Dios lo tenga en su gloria.

Lloró el día de la final
La última vez que vio jugar al equipo de sus amores fue el domingo 22 de abril. Ese día, en Cochabamba, Destroyers perdió la final del torneo Nacional B ante Petrolero del Chaco (3-1) y la posibilidad de volver a la Liga, de donde descendió en la temporada 2007.
Los nervios lo fueron traicionando a cada minuto, por la calentura del partido, y para no acelerar los latidos de su corazón decidió apagar el televisor y esperar buenas noticias. Según comentó su compañera, Magaly Cortez, unas lágrimas empezaron a rodar sobre su mejilla cuando se enteró de la derrota de su equipo en ese partido. “Ese día estaba muy triste. Él soñaba con ver a Destroyers nuevamente en la Liga”, añadió Cortez.
“No importa, en la otra ganamos”, solía decir ‘Fusil’ a manera de darse ánimo y disimular el mal momento de su equipo cuando perdía.



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